Foto: archivo.
En 92 temporadas de fútbol profesional en la Argentina, escasos equipos gozan del rango de admiración que le va como un guante al Huracán que de la mano del rosarino César Luis Menotti, una tarde de hace 50 años, celebró la conquista del Torneo Metropolitano.
Pocas veces, también, festejaron tanto los hinchas de un equipo que acababa de perder, toda vez que el 1-2 a manos de Gimnasia y Esgrima La Plata, el domingo 16 de septiembre de 1973, resultó compensado por la derrota por el mismo resultado que sufrió Boca con Vélez Sársfield.
Es cierto que los esplendores del Huracán en cuestión fueron fugaces y sin expansión internacional, pero no será menos cierto que las jornadas más luminosa del campeón del Torneo Metropolitano de 1973 persistieron y persisten en el simbólico cofre que el célebre psicólogo suizo Carl Gustav Jung definió como «el inconsciente colectivo».
Tal como admitió en más de una entrevista, Menotti lo vivió como una especie de victoria ideológica: Argentina venía de quedar eliminada del Mundial de México y los equipos más destacados de finales de los años sesenta y comienzos de los setenta habían resultado el Racing de Juan José Pizzuti, el Estudiantes de La Plata de Osvaldo Zubeldía (ambos coronados en la Copa Intercontinental versus sendos oponentes del Reino Unido) y el San Lorenzo de Juan Carlos «Toto» Lorenzo, doble campeón nacional en 1972.
Pese a sus diferencias de aristas y matices, ninguno de los tres equipos referidos tenía contigüidad manifiesta con el coloquial tiki-tiki por el que Menotti aboga desde sus tiempos de futbolista.
Fundado en 1908, Huracán había brillado en la era amateur con una cosecha victoriosa de cuatro títulos, tres copas nacionales y otras tres en el profesionalismo (entre 1942), pero tenía pendiente coronar en una competencia regular tal como los cinco clubes grandes tradicionales, Estudiantes de La Plata en 1967 y Chacarita Juniors en 1969.
Tras el paso irregular de Osvaldo Zubeldía en 1971, un año después asumió el novato Menotti, de 33 años que llegaba con un discurso florido, la etiqueta de «romántico» y una tácita promesa de juego fluido y de franco ataque.
La de 1972 fue una temporada gloriosa para San Lorenzo de Almagro y sin embargo Huracán se dio el lujo de vapulearlo por 3-0 y de consumar dos muy buenas campañas: tercero en el Metropolitano y a un paso de las semifinales del Nacional.
César Luis Menotti (foto: archivo).
Por si fuera poco, en el acumulado de Metro y Nacional alcanzó la cifra de 92 goles.
Hacia el verano del 73, ya desvinculados los cordobeses Roberto Cecilia Cabral y el cordobés Daniel Willington y el brasileño Marcos Pereira Martins, el «Globo» ya constaba entre los principales candidatos a llevarse el Metropolitano y por si acaso llegó un esmirriado joven que venía de destacar en Defensores de Belgrano: René Orlando Houseman.
Más temprano que tarde el santiagueño de La Banda que en julio cumpliría 20 años se puso a tono, hizo suya la camiseta número 7 y representó el cartón lleno de una de las delanteras que mejor sale de memoria, con Miguel Ángel Brindisi, Roque Avallay, Carlos Babington y Omar Larrosa.
Brindisi ya era uno de los mejores, si no el mejor mediocampista del fútbol argentino, Avallay había pulido sus vicios de apresuramiento, Babington suponía el toque, el pase y la certera pegada zurda de un número 10 con todo en su lugar y Larrosa era de esos futbolistas que hacen un poco de todo y todo bien.
El sudor y el orden del medio campo lo aportó Francisco Russo, «Fatiga», proveniente de Platense y en la defensa garantizaron jerarquía dos campeones del mundo con el Racing de Pizzuti (el uruguayo Nelson Pedro Chabay y Alfio «Coco» Basile), más Jorge Carrascosa que llegaba de Rosario Central en el lateral zurdo, así como Alberto Fanesi que alternó como primer central con un hijo de la casa: Daniel Buglione.
En el arco, cumplieron con sobriedad otros dos formados en el semillero: Héctor Roganti y Miguel Ángel Leyes.
Las primeras seis fechas del Metro del 73 expresaron la declaración de principios del Huracán campeón de punta a punta, con otras tantas victorias: en el debut goleó por 6-1 a Argentinos en el Ducó, en la segunda venció a por 2-0 a Newell’s en el Gigante de Arroyito, en la tercera aplastó a Atlanta por 5-2, en la cuarta derrotó a Colón en Santa Fe (3-1), después bailó a Racing (5-0) y en la sexta le ganó 1-0 a Vélez en el José Amalfitani gracias a un golazo de Houseman cuando faltaban pocos minutos.
Recién declinó un punto en la séptima (3-3 en Parque Patricios ante un rocoso Estudiantes dirigido por Carlos Salvador Bilardo), en la octava quedó libre y una semana después perdió el invicto por 1-0 a manos de River, en un cotejo de desenlace tan curioso que Brindisi ejecutó dos penales y los dos fueron atajados por José «Perico» Pérez, un especialista de la época.
Tras meter cinco con Central en Rosario y retirarse de la cancha en medio de una estruendosa ovación de los partidarios locales, más otros cinco con Ferro en Patricios, otra derrota, 1-4 con Boca en la fecha 17, no obstó para que, a tranco firme, Huracán llegue al final de la primera rueda con números formidables: 11 victorias, 3 empates, 2 derrotas, 46 goles a favor, 20 en contra y dos puntos por delante de Independiente y River.
La segunda parte del torneo resultó más compleja, en la medida que las Eliminatorias del Mundial de Alemania 74 coexistieron con la competencia oficial y la base titular fue diezmada por la convocatoria a la Selección nacional de Brindisi, Avallay y Babington, entre otros.
Así y todo, los suplentes dieron la talla y aunque mermó el porcentaje de goles a favor (16 contra los 40 de la primera rueda) y no pudo ganarle ni a Boca, ni a River, ni a San Lorenzo, sacó adelante varios partidos trascendentes en condición de visitante y una tarde de hace medio siglo el Globo de Parque Patricios cantó victoria.
Además de los once que jugaron la mayor parte del torneo, más Leyes y Fanesi, integraron el plantel Alfonso Dante Roma, Edgardo Cantú, Carlos Leone, Rubén Ríos, Eduardo Quiroga, José Daniel Scalise, Francisco Leónidas del Valle, Julio Tello, Ángel Tolisano, Adolfo Kerikian y Luis Ceballos.
Aquel glorioso día festejaron in situ tres de los más notables hinchas de Huracán: el legendario Norberto «Tucho» Méndez, el boxeador Oscar Bonavena y el actor Alfredo Barbieri.