
Durante la década de 1890, en África se llevó adelante la construcción de un ferrocarril que conectaba Kenia con Uganda, y en ese contexto circuló una historia que movilizó a la comunidad: se dijo que decenas de personas fueron víctimas de los leones de Tsavo.
Estos animales caracterizados por la falta de melena en los machos, habrían atacado a los humanos, algo que implicaría un cambio en su hábito alimenticio y en su comportamiento.
Para confirmarlo, investigadores analizaron el ADN de los dientes rotos de estos animales, donde encontraron pelos compactados. Ante esto, sugirieron que estos ataques pueden haberse debido a la necesidad de los leones Tsavo de presas más vulnerables para poder subsistir.
El estudio publicado en la revista Current Biology sugiere que las lesiones dentales pudieron haber sido determinantes para la modificación de su comportamiento, ya que para estos animales sería una limitación física muy importante a la hora de cazar presas fuertes.