En una hazaña que rompió todos los pronósticos, el modesto Bodø/Glimt de Noruega selló su pase a las semifinales de la UEFA Europa League tras dejar en el camino a la Lazio, en una serie que terminó el jueves por penales en el Olímpico de Roma.
El conjunto de la remota ciudad de Bodø, enclavada en el Círculo Polar Ártico, representa a una comunidad de poco más de 50 mil personas y cuenta una historia que se remonta a 1916. Sin embargo, recién a partir de 1963 pudo competir oficialmente en torneos nacionales junto a otros equipos del norte del país.
La temporada local del Bodø/Glimt transcurre solo en los meses más cálidos, cuando el sol no se esconde en el horizonte. Entre diciembre y marzo, el equipo no disputó partidos oficiales de liga, lo que le permitió encarar con mayor frescura pero menos ritmo futbolístico los cuartos de final del certamen europeo. Sumó apenas algunos amistosos para mantener el ritmo.
Con un nombre que en noruego significa «destello», se ha convertido en el principal referente del fútbol del país en los últimos tiempos. Su primer título importante llegó en 1975, cuando conquistaron la copa local siendo aún un equipo de Segunda División. Esta semana, rompieron otra barrera: ser los primeros en llegar a una semifinal continental.
El punto de quiebre en su historia reciente se produjo en 2017, tras descender. Ese traspié sirvió como plataforma de relanzamiento bajo la conducción de Kjetil Knutsen y con una fuerte apuesta por jugadores formados en casa. El club adoptó un modelo sustentable que hoy lo distingue, con un puñado de poco conocidos extranjeros en su plantel, y en 2020 ganó su primer campeonato de liga. Al año siguiente, repitió.
En ese proceso de consolidación, Bodø/Glimt también logró potenciar a jóvenes promesas que emigraron a ligas mayores. Nombres como Jens Petter Hauge, Patrick Berg o Fredrik André Bjørkan fueron transferidos a equipos del calibre del Milan, Lens y Hertha Berlín, respectivamente.
Pero si algo distingue al Bodø/Glimt es su fortaleza de local. El Aspmyra Stadion, con capacidad para algo más de 8.000 hinchas y césped artificial, se ha vuelto un escenario casi insuperable para quienes lo visitan, por el frío extremo y las condiciones adversas. No es un dato menor que desde 2020 ganaron 30 de los 37 partidos disputados ahí en competiciones europeas.
El sueño del Bodø/Glimt, forjado en la adversidad (la temperatura no supera los 16°C en todo el año, y en invierno directamente va de 0°C para abajo) tiene como destino final Bilbao. Pero ahora los espera el Tottenham de Cuti Romero en semifinales. ¿Podrán dar un batacazo más que deje helada a toda Europa?
