
Tras 67 dolorosos días de intensa búsqueda, la mamá de Delfina Hecker confirmó el hallazgo de los restos de su pequeña hija, víctima de la trágica inundación del 7 de marzo en Bahía Blanca. Un mensaje desgarrador que resuena con dolor, gratitud y memoria.
Bahía Blanca y toda una comunidad que mantuvo viva la esperanza durante más de dos meses despiden con profundo pesar a Delfina Hecker, la niña que junto a su hermana Pilar fue arrastrada por la furia del agua durante la devastadora inundación del 7 de marzo. Anoche, el silencio se hizo aún más elocuente con el conmovedor mensaje de su madre, quien confirmó la dolorosa noticia del hallazgo de los restos de su pequeña Delfi.
«Perdón hijita por haber tardado más en encontrarte», escribió la madre, sus palabras cargadas de un dolor inmenso pero también de un profundo agradecimiento hacia todos aquellos que incansablemente participaron en la búsqueda. En su mensaje, que recorrió las redes sociales y los corazones de miles, reconoció la labor esencial de fiscales, bomberos, policías, rescatistas y vecinos anónimos que no cesaron en su esfuerzo por encontrar a las hermanitas.
Un párrafo especial mereció Tokyo, la perra rescatista que, con su olfato y tenacidad, desempeñó un papel crucial en la localización de Delfina. Su labor se erige como un símbolo de la entrega y la invaluable ayuda de los animales en momentos de crisis. La madre también recordó con profunda emoción a Rubén Zalazar, el vecino que valientemente dio su vida intentando auxiliar a las niñas durante la inundación. «Tiene que ser conmemorado en toda la Argentina», pidió, resaltando su acto de heroísmo y solidaridad.
Delfina y Pilar se convirtieron, involuntariamente, en el rostro más visible de una tragedia que enlutó a Bahía Blanca con la pérdida de 16 vidas y dejó a más de mil personas evacuadas. Hoy, sus nombres trascienden el dolor para erigirse también como símbolos poderosos del amor incondicional de una madre, de la resiliencia de una familia y de la inquebrantable valentía de una comunidad que se unió en una red de solidaridad ejemplar y que nunca bajó los brazos en la búsqueda de las pequeñas.
El hallazgo de Delfina marca el cierre de un capítulo angustiante, pero el recuerdo de su sonrisa y la tragedia que la arrebató permanecerán imborrables en la memoria colectiva de Bahía Blanca. Que su recuerdo no se borre, que la empatía demostrada perdure y que la memoria de las víctimas guíe el camino hacia una comunidad más preparada y solidaria ante futuras adversidades.