
“El desafío es que parte de la industria se reconvierta”, dijo el ahora exsecretario de Coordinación de Producción, Juan Pazo, la semana pasada en la Conferencia de la Unión Industrial Argentina. Los empresarios aseguran que el cambio en el modelo de negocios implicará una fuerte destrucción de empleo sectorial.
La «reconversión»
Sobre este último punto, los grandes fabricantes de acero observan con preocupación la caída de la demanda local. Están intentando seducir a sus clientes para que exploren nuevos modelos de negocios, justamente vinculados a las actividades que presentan mayor resistencia a la caída de la demanda local y la apertura de importaciones.
En cualquier caso, la idea de la “reconversión” no cae bien entre los industriales. Es un término que se utilizó en procesos que terminaron con malos resultados para el sector. Y se da en un contexto particular: una apertura con apreciación cambiaria en Argentina y devaluación en Brasil, que es el principal socio comercial.
El propio Miguel Ángel Broda advirtió sobre la cuestión: “No se puede abrir la economía con un dólar regalado», dijo. El economista también cuestionó que con Milei no se llevaron adelante reformas estructurales: “No está la reforma previsional, no está la laboral ni la tributaria”, puntualizó.
Empresarios advierten por el empleo
Los empresarios ponen el foco en los daños al empleo. «Tenemos casi 700 empleados, si tenemos que pasar a una empresa que solamente importa, el requerimiento cae al 20%, con 150 personas nos alcanza», dijo a Radio 10 Alejandro Schwartz, director de Visuar, la fabricante de electrodomésticos que tiene marca propia y licencia para producir los artículos de Samsung en el país.
Según un informe de la consultora Audemus, la industria manufacturera está entre los sectores más golpeados: 197 de las 265 subramas presentaron una contracción del empleo registrado este año. Los subsectores que más trabajadores expulsaron desde noviembre de 2023 son los fabricantes de radios y televisores. Seguidos por los fabricantes de autos, autopartes, metalúrgicos y productos plásticos.
Las pequeñas y medianas empresas resisten: “para nosotros despedir un empleado que tuvimos que capacitar es una pérdida de capital”, le dijo a este medio un alto referente del sector. Los datos de la fundación Observatorio Pyme convalidan la tesis: la producción cayó un 13% pero el empleo sólo un 7%. La pregunta es cuánto margen les queda para sostener las estructuras.