La Cámara Nacional Electoral manifestó antes del cierre de la jornada su preocupación por «el mal funcionamiento de las máquinas de votación».
Desde ciudadanos ignotos hasta candidatos como Patricia Bullrich, entre otros que sufragaron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el malestar de los votantescreció a medida que avanzaba la tarde.
Máquinas que no funcionaban, boletas electrónicas que no se imprimían u ofrecían listas distintas a las que el elector había elegido fueron algunos de los episodios registrados en el cuarto distrito del país -en cantidad de electores- donde se votaba a jefe de Gobierno mediante el sistema electrónico y a Presidente con boleta tradicional.
La Cámara Nacional Electoral manifestó antes del cierre de la jornada su preocupación por «el mal funcionamiento de las máquinas de votación de la elección local”, en tanto que los mismo inconvenientes motivaron motivó incluso duras declaraciones de la jueza Federal Servini de Cubría.
Tal como sucedieron las cosas, en octubre no debería volver a usarse este sistema Beatriz Busaniche-titular de la Fundación Vía Libre
La magistrada prometió realizar “una denuncia penal por no obedecer las órdenes del juez que tiene la jurisdicción en la ciudad de Buenos Aires». Sin perjuicio de ello, a su vez, habilitó el voto hasta las 19.30 en los establecimientos porteños con filas hasta la calle.
Con relación al tema, Télam contactó a dos especialistas. Beatriz Busaniche –titular de la Fundación Vía Libre, ong enfocada en políticas públicas de software, derechos civiles y políticos en entornos mediados por tecnologías digitales– y Andres Snitfkosky –diseñador de interfaces e investigador del sistema de voto electrónico– quienes brindaron importantes aclaraciones.
Foto: Victoria Gesualdi.
Télam: ¿Es posible que una denuncia de la jueza Federal Servini incida de algún modo en los resultados?
Beatriz Busaniche: Es difícil que incida en ese sentido. El problema acá es que la jueza no es quien tiene competencia en la elección de CABA. Cuando nosotros, desde Vía Libre presentamos la medida cautelar pidiendo que no se aplique el voto electrónico, nuestra demanda fue procesada por la Justicia de la Ciudad y llegamos hasta el Tribunal Superior de Justicia porteño, con resultado negativo. Servini de Cubría está a cargo del operativo electoral, pero las disposiciones en relación con las elecciones en el distrito CABA las tiene la Justicia de la Ciudad, que rechazó nuestro recurso.
Andres Snitfkosky: El primer problema ya se conocía, y responde a una cuenta matemática previa: si calculás cuánto se tarda en votar, cuántos electores hay por mesa, y cuánto se tarda con el sistema de doble voto, en la más optimista de las proyecciones ya no alcanzaba el día. Si a eso le agregás que muchas autoridades faltaron, no estaban preparadas, etcétera, es aritmética pura. Debieron haber previsto eso y lo calcularon mal. Servini podría, sí, lograr que mejoren las cosas para octubre: para evitar que esto se repita deberían desdoblarse las elecciones y asumirse el costo político de esa decisión.
Privatizamos el sistema electoral y lo entregamos a una empresa completamente opaca, sin cumplir con los mínimos requisitos Beatriz Busaniche-titular de la Fundación Vía Libre
¿Podría un ciudadano, en tanto elector, reclamar por esa irregularidad?
B.B: Si una persona no pudo ejercer su derecho al voto por problemas en el sistema electoral, sin lugar a dudas tiene derecho a hacer una presentación en la Justicia. Sabemos que hubo votantes que pidieron que se labre un acta, otros que no quisieron votar en el sistema electrónico porque tienen desconfianza en su funcionamiento y porque sabían que este no fue debidamente auditado. Habrá que ver qué pasa a partir de este lunes con ese reclamo. No sabemos si algún partido político va a tomar la opción de hacer alguna denuncia. Lo que no está claro es cuál sería una medida reparatoria en este caso. En cualquier caso, ante el resultado de esta experiencia, tal como sucedieron las cosas, en octubre no debería volver a usarse este sistema.
Foto: Victoria Gesualdi.
A.S: La irregularidad mayor es la de aquellos que fueron a votar y la pantalla no daba el candidato que querían votar, o no andaba la máquina y acabaron votando sólo en el sistema tradicional. Si hubo problemas que antes no surgieron en las auditorías, significa que estas se hicieron mal. Si el Instituto de Gestión Electoral autorizó el sistema de voto y efectivamente esos problemas existieron, las auditorías no serían válidas.
Pareciera que todo nos lleva hacia atrás, hacia las pruebas del sistema previas…
B.B.: Esta es la crónica de un problema anunciado. Si hay algo que ha funcionado ben en los últimos 40 años es nuestro sistema electoral. Aquí el problema central fue pretender imponer una supuesta solución a un problema inexistente. Pero lo peor es que el sistema electrónico fue provisto por una empresa privada que no se pudo auditar. Hace más de dos semanas, el Consejo de la Magistratura le presentó a la jueza Servini un documento lapidario señalando las fallas.
Hay que ver si Patricia Bullrich sostiene en sede judicial todo esto que dijo en televisiónAndres Snitfkosky -diseñador de interfaces e investigador del sistema de voto electrónico
Las dos auditorías que publicó el gobierno de la Ciudad en el Boletín Oficial daban cuenta de lo mismo: quienes auditaron el sistema lo hicieron sobre uno que no era el que se iba a usar finalmente este domingo. La opacidad del sistema es total. A tal punto que aún si algún juez de oficio quisiera investigar lo que dijo Patricia Bullrich, no tiene mecanismo para hacerlo, porque esas máquinas al terminar la jornada electoral van directo a los depósitos de la empresa proveedora; la misma que nunca entregó el código fuente, ni nada de lo que se le pedía. O sea: privatizamos el sistema electoral y lo entregamos a una empresa completamente opaca, sin cumplir con los mínimos requisitos.
Foto: Victoria Gesualdi.
A.S.: Ciertamente, acá hubo varios amparos y recursos judiciales previos que se presentaron contra el sistema electrónico y fueron desestimados porque se consideró ilegítimos a los reclamantes, ya que eran los propios partidos los que debieron hacerlo, y no los particulares u ongs. En tal caso, alguien puede judicializar toda la elección como inválida. Ahora, hay que ver si, por ejemplo, Patricia Bullrich, sostiene en sede judicial todo esto que dijo en televisión.