
Los beneficios inmediatos de un peso fuerte
El fortalecimiento del peso trajo ciertos alivios para los consumidores argentinos. Según el Financial Times, los salarios promedio registrados casi se duplicaron en dólares durante el año, alcanzando los u$s990 en octubre de 2024. Esto permitió a la clase media acceder a bienes importados a precios más bajos y planificar viajes al exterior con mayor facilidad, generando una percepción de estabilidad económica.
Un arma de doble filo: la pérdida de competitividad
Sin embargo, los beneficios de un peso fuerte no están exentos de costos significativos. El encarecimiento en dólares de los productos argentinos afecta la competitividad de sectores exportadores clave. Según el FT, empresas como Ternium han alertado que los costos laborales en Argentina son un 60% superiores a los de Brasil, lo que perjudica la capacidad del país para competir en mercados internacionales.
Además, la depreciación del real brasileño, principal socio comercial de Argentina, añade presión a esta dinámica. Según Ramiro Blázquez, jefe de investigación de BancTrust, si el peso continúa apreciándose o si surge un choque externo significativo, como una rápida devaluación del real o el aumento de aranceles en Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump, podría aumentar la demanda de dólares baratos y con ello el riesgo de una devaluación súbita.
El desafío del Banco Central: mantener el equilibrio
La política monetaria del BCRA enfrenta una compleja encrucijada. El organismo ha intervenido activamente para mantener el tipo de cambio estable, pero esto ha implicado un gasto significativo de reservas internacionales. Según el FT, las reservas del Banco Central aún necesitan ser reconstruidas para sostener la estabilidad económica a largo plazo, y el gobierno apuesta a un auge de exportaciones de litio, petróleo y gas para lograrlo.
Además, el presidente Milei ha prometido una unificación del mercado cambiario y la eliminación total del cepo hacia fines de 2025. Si bien estas medidas podrían generar confianza en el mercado, también representan un riesgo si no se logran consolidar las reformas fiscales necesarias o si el contexto internacional se torna desfavorable.
El economista Nicolás Dujovne, exministro de Hacienda, señaló que la sostenibilidad de un peso fuerte dependerá de la capacidad del gobierno para mantener las reformas estructurales y la confianza del mercado. Sin embargo, calificó esta estrategia como “un juego cada vez más exigente”, ya que aumenta la presión sobre la implementación de medidas que fortalezcan la competitividad de la economía.
Un futuro incierto: riesgos y oportunidades
La apreciación del peso también plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del superávit comercial. Históricamente, Argentina no ha logrado mantener un superávit con un tipo de cambio tan fuerte. Si bien el gobierno confía en el auge de sectores como la minería y la energía para sostener las exportaciones, analistas como Martín Rapetti advierten que estos ingresos no serían suficientes para equilibrar la balanza comercial, especialmente si no se generan mejoras significativas en la productividad.
Además, el FT resalta que el verdadero desafío llegará cuando el peso flote libremente tras la eliminación del cepo. En ese escenario, la política cambiaria podría enfrentarse a presiones internas y externas que podrían desencadenar una crisis cambiaria si no se manejan con cuidado.