
Otro dato clave es que Gran Tres Arroyos se hizo cargo de la operatoria de las dos plantas de Cresta Roja, una localizada en Tristán Suárez que ya cerró y otra en Ezeiza, luego de que se decretara la quiebra de la firma Cresta Roja en 2018. En ese entonces la gigante avícola inició un proceso para “sanear” la operatoria y también avanzó con el despido de trabajadores, dentro del plan de negocios apuntaba a crecer en faena y exportaciones, algo que finalmente no sucedió.
Paradójicamente, cuando la empresa comunicó el cierre de la planta de Tristán Suárez, detalló que el plan era focalizar la operatoria en su unidad industrial de Ezeiza. En paralelo trasladó a parte de los trabajadores a este último establecimiento. Hoy la realidad es que la compañía busca reducir fuertemente sus costos laborales con el aval del gobierno.
En paralelo los trabajadores denuncian que desde hace meses la empresa no viene realizando los mantenimientos necesarios en ninguna de las dos plantas de la ex Cresta Roja y que además comenzó a reducir jornadas laborales.
Las plantas de la ex Cresta Roja tienen una larga historia en la que incluso se les declaró la quiebra dos veces, en 2014 y 2018, y hasta el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, primero, y el de Mauricio Macri, después, intentaron avanzar con diferentes planes para rescatar su operatoria. Recién en 2018 con el ingreso de Granja Tres Arroyos parecía que comenzaba una mejor etapa para sus trabajadores, pero con el Covid y luego la influenza aviar todos los planes de inversión y expansión quedaron congelados. Ahora, con el gobierno de Javier Milei, llegó entonces el cierre del establecimiento de Tristán Suárez y posiblemente el de Ezeiza.
Actualmente, Granja Tres Arroyos procesa 760.000 pollos por día en Argentina y 40.000 en Uruguay, emplea en forma directa alrededor de 6.500 personas y factura alrededor de u$s1.300 millones.