El dicho significa que nuestro cerebro, como tiene capacidad, todo lo que se le ponga lo acepta, lo almacena y lo utiliza. Por eso -tan solo porque no ocupan lugar- es bueno “saber cosas”. El conocimiento no presenta ningún tipo de inconvenientes, nunca sobra ni estorba, siempre ayuda. Errores de crianza, familiar y escolar, hacen que muchos niños huyan despavoridos del placer de aprender.
fuente: TELAM