
La temporada turística en la provincia de Buenos Aires transcurre con un balance agridulce. Si bien los destinos turísticos bonaerenses registran una ocupación promedio entre el 70 y 75%, según informó la secretaria de Turismo provincial, María Soledad Martínez, esta cifra representa una disminución del 7 u 8% en comparación con la temporada anterior.
Martínez destacó la diversidad de la oferta turística provincial, con destinos que muestran alta ocupación y otros con menor afluencia, pero enfatizó que, en términos generales, la temporada se considera «buena». Se espera un repunte en las próximas semanas, aunque la funcionaria reconoció que se están analizando los números en detalle para tener una visión más precisa de la situación.
Un fenómeno que se consolida es el acortamiento de las estadías. De las tradicionales dos semanas, los turistas han pasado a optar por viajes más breves, de entre cuatro y cinco días, tendencia que se observa desde el verano pasado y que se ha mantenido en la presente temporada. Este cambio responde, en parte, a la preferencia de los argentinos por las escapadas de fin de semana.
El clima variable que ha caracterizado al verano bonaerense también ha influido en la afluencia de turistas, aunque se observa una mejora en las condiciones meteorológicas en los últimos días.
Más allá de los factores climáticos y las tendencias de viaje, la situación económica del país juega un papel fundamental. La pérdida del poder adquisitivo de las clases medias y populares, sumada a las políticas económicas que impactan negativamente en la producción nacional y el empleo, ha provocado una retracción en el consumo, incluyendo el gasto en turismo. Este fenómeno contrasta con el comportamiento del público de clase alta (ABC1), que mantiene sus niveles de consumo.
La competitividad del sector turístico argentino también se ve afectada por la mayor oferta de destinos a nivel global y regional. La falta de promoción y fomento al turismo nacional, sumado al contexto cambiario, impactan negativamente en la llegada de turistas extranjeros, como se observa con la disminución de visitantes paraguayos que ahora eligen otros destinos más cercanos como Brasil.
En este contexto, la provincia de Buenos Aires apuesta por la diversificación de su oferta turística, más allá del tradicional turismo de sol y playa. Se promueven eventos gastronómicos, festivales, fiestas populares y actividades deportivas, buscando ofrecer una experiencia más completa y atractiva para los visitantes y generar ingresos durante todo el año. Se destaca el potencial del turismo gastronómico, ejemplificado con la producción de aceitunas y aceite de oliva en Adorrego.
La provincia también trabaja en la mejora de la calidad de los servicios turísticos, ofreciendo líneas de crédito con el Banco Provincia para apoyar a los empresarios del sector y a los consumidores. Además, se fomenta el turismo comunitario, buscando generar un impacto positivo en las economías locales y ofrecer a los turistas una experiencia más auténtica.
Es importante recordar que la Ley Nacional de Turismo N° 25.997 declara al turismo como una actividad socioeconómica estratégica para el desarrollo del país, lo que subraya la importancia de seguir invirtiendo en este sector.