
Desde la Cámara manifestaron que la industria cinematográfica argentina necesita, con urgencia, una mayor comprensión de su funcionamiento y sus dinámicas y alertaron que las decisiones impulsadas por las autoridades del organismo «parecen tomar un rumbo aislado, desconociendo las buenas prácticas que se implementan en otros países de la región».
«Esta postura innecesaria está poniendo en riesgo una industria que ya se encuentra debilitada», indicaron. Acto seguido expresaron su preocupación ante la difusión de datos falsos o erróneos sobre la cantidad de espectadores que tiene por objetivo «generar efectos mediáticos». «En lugar de buscar la confrontación estéril, el INCAA debería centrarse en apoyar la producción local, ofreciendo herramientas efectivas para su desarrollo y difusión, y no fomentando divisiones ideológicas que terminan afectando a los trabajadores del cine», señalaron.
Luego denunciaron el que desregulaciones en material laboral, entre las que se incluyen normativas relativas al trabajo infantil, y se use como ejemplo la situación en Uruguay sin reconocer que en ese país existen incentivos específicos que no tienen correlato en nuestra política cinematográfica. «Mientras en Argentina faltan incentivos claros Uruguay ha logrado consolidar un ecosistema favorable para la producción audiovisual. Algo que debería servir de inspiración, no de excusa», remarcaron.
El descargo continuo criticando la realización de un concurso para financiar proyectos en el que los ganadores tendrán solo cuatro meses para comenzar el rodaje refleja desconexión con la realidad de la industria. «Organizar proyectos cinematográficos de calidad requiere más tiempo y planificación. Esta política demuestra una falta de entendimiento de los procesos creativos y productivos de la cinematografía», advirtieron .
«Las ayudas del INCAA, aunque representen un porcentaje cada vez más modesto del presupuesto total de una película, son esenciales para abrir puertas y generar coproducciones que den visibilidad y financiamiento a nuestras producciones. La industria del cine tiene en Argentina recursos humanos y técnicos de primer nivel. Genera valor agregado, favorece el ingreso de divisas y la circulación del capital entre sectores secundarios y terciarios. Es una industria limpia. Produce marca país y dinamiza economías regionales. Es un real motor económico que puede impulsar a la Argentina en este momento complicado», agregaron
Por último volvieron a reclamar una política audiovisual que incentive la producción nacional y ayude a atraer inversiones extranjeras para servicios y coproducciones. «Esto solo se logrará si se establece un plan a mediano plazo que otorgue previsibilidad a los productores y permita un desarrollo sostenido del sector. Es fundamental que las políticas del INCAA respeten el espíritu de la Ley de Cine, que establece que el organismo tiene como misión fomentar y regular la actividad cinematográfica».