
El personal notó por primera vez la “chispa” y atracción mutua entre Magic y Sphen cuando los vieron inclinarse el uno hacia el otro, una forma típica de coquetear entre los de su especie, conocida como papúa.
Su amor se trataba de algo atípico, tanto así que tuvo un enorme impacto, como símbolo de igualdad y como un canal para empezar a hablar de conservación.
Lamentablemente, en los últimos días la salud de Sphen se vio fuertemente deteriorada por causas desconocidas. Ante el sufrimiento del animal los veterinarios tomaron la difícil decisión de sacrificarlo para poner fin a su padecimiento.
Explican que su pareja, de 8 años, pudo ver el cuerpo sin vida del ejemplar y que luego de hacerlo comenzó a cantar, una acción que fue correspondida por el resto de los pingüinos del lugar. Este acto se realizó con el fin de ayudarlo a entender que Sphen no volverá y limitar su angustia.