
Como sucede cada verano, miles de argentinos buscan destinos costeros para disfrutar de sus días de descanso. Aunque Mar del Plata, Pinamar o Villa Gesell sigue siendo uno de los lugares más tradicionales, también hay alternativas menos conocidas que resultan igualmente fascinantes, perfectas para quienes desean huir de las aglomeraciones en las vacaciones o con una simple escapada.
Reta

Este pequeño pueblo se encuentra en el partido bonaerense de Tres Arroyos, a unos 573 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con menos de 2.000 habitantes, Reta es un destino ideal para los amantes de la naturaleza que prefieren un ambiente más rústico y tranquilo.
En esta parte de la costa atlántica, la geografía permite observar tanto el amanecer como el atardecer sobre el mar durante la temporada estival, lo que lo convierte en un lugar muy especial.
Una de sus características únicas es el Túnel Submedanal, que conecta directamente la playa mediante un pasaje bajo las dunas. Es un sitio perfecto para quienes disfrutan de largas caminatas, deportes al aire libre y pesca.
El Doradillo

Situado en Chubut, al norte de Puerto Madryn, El Doradillo es reconocido mundialmente como uno de los mejores puntos para observar ballenas desde la costa. Entre junio y octubre, cientos de turistas visitan este enclave para ver a los gigantescos mamíferos marinos que llegan a la zona para reproducirse y cuidar a sus crías.
Gracias a su relevancia ecológica y turística, El Doradillo fue declarado Área Protegida en 2001, con el objetivo de preservar su entorno natural. Por este motivo, no está permitido el acceso de mascotas en sus playas.
Punta Perdices

Ubicada en San Antonio Oeste, provincia de Río Negro, Punta Perdices es conocida como el «Caribe argentino» por la claridad de sus aguas y sus tonos verdes y azules. Aunque es un lugar muy tranquilo, el viento suele ser una constante, por lo que es recomendable estar preparado.
A pesar de que está cada vez más concurrida y existen puntos cercanos para abastecerse, quienes visiten este destino deben estar dispuestos a disfrutar de la serenidad y el contacto directo con la naturaleza. Es el lugar perfecto para desconectar del bullicio.
Para llegar, se debe ir en auto, ya que no hay transporte público disponible. Aunque el camino es de ripio, no se requiere un vehículo 4×4, ya que el trayecto es corto y relativamente firme.